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lunes, 26 de enero de 2015

SILENT DEATH

He had no name. It was a Genin; just a shadow in the night, fluid movements and poachers. He didn’t exist.
But he would kill the Daimyo Hiraka. That was his mission. And he never failed a mission.

Perched atop the the fortress roof, he could see the guards move down there. He Took days watching; placed in position, hidden from prying eyes, analyzing routes, changes of the guard and even how each of the men formeing the body of sentries moved. He had memorized all this data and was now ready to attack.

Covered under the cloak of a darkness without moon, the Genin down the roof with feline skill and flowing like water, killed the first guard with his wakizashi and hid the body behind some baskets. He walked through the terraces and balconies, dodging guards with ease, knowing at all times where I would be. In less than two minutes he stood before the door of the room the Daimyo. He knew the floor of the room had been made in the style "nightingale floor" so that even with his "cat feet" couldn’t avoid crunches betray him. But He had many resources, so He was one of the best Genin of his clan.

The Lord Hiraka, owner of the castle, was squatting, deep in meditation. Hiraka was a great samurai, a fearsome warrior and a respected leader. He knew Hiraka had chances to defeat him in honorable combat. But that was not his style, the Genin would not give any chance for his prey. Crouched on the beam, as a sinister Shinigami of darkness, He was watching the back of the Daimyo. The shuriken came from one of his pockets and flew from his hand with deadly accuracy, to dig into the nape of Hiraka. The poison that permeated was so powerful that when the body of Daimyo touched the ground, echoing the "nightingale floor", he was already dead.
A big fuss was formed when the sentries came in a rush from a secret side door, ten seconds later. But when they arrived, he was no longer there. In the room there was only the body of a dead man. Another objective accomplished.



Kensei, skirmish game inspired in Feudal Japan.
http://www.mirmidonia.com/listado.aspx?cat=29



Muerte Silenciosa

Él no tenía nombre. Era un Genin; tan solo una sombra en la noche, de movimientos fluidos y furtivos. Él no existía.
Pero iba a matar al Daimyo Hiraka. Esa era su misión. Y Él nunca fracasaba en una misión.
Encaramado en lo alto del tejado de la fortaleza, podía ver a los guardias moverse allá abajo. Llevaba días observando; se colocaba en su posición, oculto a miradas ajenas y analizaba recorridos, cambios de guardia e incluso cómo se movían cada uno de los hombres que formaban el cuerpo de centinelas. Había memorizado todos estos datos y ahora estaba listo para atacar.
A cubierto bajo el manto de la oscuridad sin luna, el Genin se descolgó del tejado con habilidad felina y fluyendo como el agua, mató al primer guardia con su wakizashi y escondió el cuerpo tras unos cestos.  Avanzó a través de las terrazas y balcones, esquivando a los guardias con facilidad, ya que sabía en todo momento dónde iba a estar. En menos de dos minutos estuvo frente a la puerta de la estancia del Daimyo. Sabía que el suelo de la estancia había sido fabricado al estilo “piso de ruiseñor”, por lo que ni con sus “pies de gato” podría evitar los crujidos que le delatarían. Pero Él tenía muchos recursos, no por nada era uno de los mejores Genin de su clan.
El Señor Hiraka, dueño del castillo, s encontraba acuclillado, sumido en sus meditaciones. Hiraka era un gran samurái, un guerrero temible y un líder respetado. Él sabía que Hiraka tenía posibilidades de vencerle en un combate honorable. Pero ese no era su estilo, el Genin no iba a darle ninguna oportunidad a su presa. Acuclillado sobre la viga, como un siniestro Shinigami de oscuridad, observaba la espalda del Daimyo. La shuriken surgió de uno de sus bolsillos y voló desde su mano, con una precisión mortal, para clavarse en la nuca de Hiraka. El veneno que la impregnaba era tan potente, que cuando el cuerpo del Daimyo tocó el suelo, haciendo resonar el “piso de ruiseñor”, ya estaba muerto.

Un gran alboroto se formó cuando los centinelas entraron en tromba desde una puerta lateral secreta, menos de diez segundos después. Pero cuando llegaron, Él ya no se encontraba allí. En la habitación solo había el cuerpo de un hombre muerto. Otro objetivo cumplido. 


Kensei, juego de escaramuzas inspirado en el Japón Feudal.
http://www.mirmidonia.com/listado.aspx?cat=29